viernes, 24 de febrero de 2017

La Corrupción en el Perú y El Proceso de Acumulación


Las últimas declaraciones del señor Jorge Barata ex directivo de la empresa Odebrecht, como colaborador eficaz en las investigaciones sobre la corrupción en más de una docena de países en América Latina, ha trascendido los marcos económicos, sociales y políticos de inicios de este año 2017.
Jorge Barata reveló que entregó 3 millones de dólares en efectivo a Nadine Heredia para la campaña electoral de su esposo Ollanta Humala en el año 2011. Que fueron varias entregas de dinero y que la señora Heredia lo llamaba preguntando por más recursos y más dinero. Las entregas eran en persona, en una oficina de la avenida Armendáris en el distrito de Miraflores en Lima, Perú.

Al igual que el expresidente Toledo quien está siendo investigado por pedir y recibir 20 millones de dólares, el entorno de Humala conjuntamente con su esposa, han manejado y usan la política de acuerdo a sus intereses y beneficios personales. En forma simultánea, se fue gestando en los últimos años hasta ahora, manifestaciones de prácticas corruptivas que han involucrado a todos los sectores económicos productivos, agentes inversionistas y empresariales, como los actores de la política peruana, llegando hasta las esferas del mismo estado. Todo eso nos hace pensar en aquellos conglomerados económicos unidos al manejo financiero que también como el entorno político, han estado usando las instancias del poder para beneficiarse.

Definitivamente su accionar y práctica de todos los involucrados está unido a la inmoralidad y corrupción plena. Naturalmente desligados totalmente de las aspiraciones de la mayoría del pueblo peruano, que se han visto robados sistemáticamente por todos ellos.  Todo eso ha llevado a nuestro proceso de acumulación de capital en las últimas dos décadas, a una situación que deteriora su desarrollo y estructura, porque está generando situaciones y efectos multiplicadores solamente de corrupción y falta de ética, en desmedro de todos los peruanos.


Esta coyuntura política y económica particular que de alguna manera nos ha perturbado, nos permite repensar qué estamos haciendo con los actuales y futuros cambios generacionales, que deben ser quienes conduzcan y emprendan los nuevos negocios globales. Naturalmente dentro de un mercado todavía de grupos que seguirán liderando la economía peruana, sin embargo, la perspectiva está planteada.   

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